Corazón dolorido

En fin, yo me había propuesto esperar a que alguien dejara algún comentario en la entrada anterior para así escribir una nueva, pero como veo que, como siempre, la gente pasa de los comentarios (y realmente pueden llegar a ser lo más interesante del blog) pues tendré que escribir algo nuevo, ¡a ver si os animais!.

El caso es que no sabía de que tema realizar esta entrada, no porque no tuviera cosas de las que opinar, si porque son unas cuantas; así que he decidido (esto suena como los jurados... el jurado ha decidido que...) comenzar por....amistades y amoríos. ¿¿¿Os acordais de aquella entrada sobre las dudas que pueden surgir con un amigo??? Bueno, pues esta entrada va a tratar sobre decepciones.

Decepción, según la RAE significa: "Pesar causado por un desengaño." Y qué es un desengaño: "Conocimiento de la verdad, con que se sale del engaño o error en que se estaba."

Pues teniendo presentes estos 2 conceptos, se puede concluir, que estar decepcionado no mola nada, conclusión a la que creo ya habíamos llegado sin tener que mirar el diccionario, pero bueno, nunca está demás el informarse bien, jeje.

Sin embargo, si la decepción proviene de una persona muy cercana a tí, y en la que habías puesto mucha confianza, entonces no es que no mole, sino que te fastidia bastante más, y si además le añades que con esa persona dudabas de si podrías tener algo más que una bonita amistad, entonces duele en el corazón; y cuando el corazón duele... entonces pierdes ese pedacito de tí, ese trocito donde guardas cosas como la confianza y la esperanza, y tu corazón se resiente mucho más de lo que desearías.

No obstante, también es cierto que no todo se pierde, porque siempre quedan otras personas y la opción de conocer a otras nuevas, aunque siempre nos mostremos más prevenidos, más desconfiados, porque nadie quiere que le duela el corazón.